miércoles, 14 de diciembre de 2011

EL REGALO DE PAPA

Una vez más el clásico fue cartero. Y la diferencia en el historial es abismal. 12 partidos separan a uno del otro, pero en 35 partidos jugados. Y en el campeonato, ahora la diferencia es de 15, Lamadrid se hunde en el descenso y Comu respira tranquilo a la vez que queda en posiciones expectantes para pelear por ingresar al reducido (quedó octavo, junto a Villa San Carlos, pero con mejor diferencia de gol). ¿Por qué lo ganó Comu? Porque uno pudo constatar en la cancha que Lamadrid subestimó demasiado la categoría. Habrá pensado que haber salido campeón holgado en la C, le permitiría no traer demasiados refuerzos. Pero las diferencias que hay entre una categoría amateur y una profesional son abismales y la están sintiendo. Con sólo recordar cuanto le costó zafar del descenso al cartero, y en ese plantel contaba con jugadores de las dimensiones de Giordano, Banegas, Strelau, el Pitu Gomez, Vildozo...

El trámite del partido fue relativamente parejo, porque la cancha de Lamadrid no sólo es de escasas dimensiones (se saldó una deuda de Comu, que pudo ganar después de mucho tiempo en cancha chica) sino porque su césped no lucía del todo bien. Fútbol hubo poco. Pero si muchos condimentos para un clásico. Hubo ocho amonestados, tres expulsados, mucha pierna fuerte, mucha falta sin pelota. Lamolina no estuvo a la altura de las circunstancias y dejó pegar durante todo el partido. Así, Comu, con solidez defensiva pudo contener los intentos ofensivos del Carcelero, y con mucha potencia ofensiva puso al desnudo los problemas que tiene abajo el vecino.

En el primer tiempo arrancó mejor Lama. Incluso pudo abrir el marcador recién iniciado el partido, cuando a Otarola se le escapó una pelota en el área chica. Pero por suerte, la definición se fue por arriba del travesaño. Los primeros minutos fueron todos del Carcelero, hasta que una contra se deriva en un córner. De ese córner, sale una jugada que por poco no es gol, y otra vez tiro de esquina. Nuevamente Comu está cerca del gol, pero la tercera será la vencida porque tras el tercer córner consecutivo, luego de una serie de rebotes, Gianfelice la manda a guardar con un golazo. Para redondear la suerte del carcelero, Ledesma se irá lesionado por un codazo al Gordo, sin pelota. A partir de acá, Comu pudo dominar con tranquilidad el resto de tiempo que quedaba sin problemas, incluso, tuvo dos para liquidarlo pero Granero tapó muy bien.

En la segunda etapa, Comu salió con todo a seguir aprovechándose de la superioridad numérica. Y casi tiene el segundo tras una jugada en que se falla dos veces frente al arco desguarnecido. Pero poco después de eso, Arco se irá expulsado y ya 10 contra 10, con el empuje de su gente, el envíon anímico de la roja, y la necesidad de sumar puntos, Lamadrid fue a buscarlo. Pero se topó con la solidez defensiva del Cartero y con la carencia de ideas propia. Casi no tuvo llegadas claras. La mayoría fueron centros desesperados o intentos de media distancia. La que tuvo clara, se lo erraron abajo del arco. Pero finalmente en una contra, cuando el partido se moría, Gianfelice volvió a meterla, redondeando un resultado final más que cómodo. El gordo se irá reemplazado y besará la camiseta aurinegra, como había hecho en los goles anteriores (algo que no puede ser tomado como una provocación, si no más bien como una demostración de que los clásicos se ganan con la camiseta). Unos minutos después, tras la roja a Timpanaro, los hinchas de Lama, que ya estaban enojados con el resultado y con el Gordo Gianfelice por haberse besado la camiseta, no aguantaron la derrota y suspendieron el partido. Una tontería, porque Lama en su estadio se hacía muy fuerte y seguramente sea sancionado con la suspensión del Estadio, sobre todo porque se tienen videos de los incidentes y además, de cómo en el primer tiempo, un miembro de la barra del Carcelero ingresó a la tribuna visitante sin problemas y partió una mesa a la mitad.

El resultado fue justo, porque Comu demostró la solidez que no demostró Lama y porque además convirtió en figura a Granero, que tapo varias importantes. Por eso el clásico se quedó, una vez más, en Agronomía. Ahora el cartero tiene 20 partidos ganados sobre 35, una diferencia abismal, como la que existe entre los clubes.

A disfrutar y festejar en el barrio. En la última nos volvemos a encontrar.

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